INTRODUCCIÓN.
El diafragma pelviano es un sistema músculo ligamentoso complejo e inteligente,
encargado de soportar y/o contener los órganos abdominopelvianos, que se
encuentran sometidos al estrés y/o gravedad; conservando una adecuada y
coordinada función de relajación y contracción, de sus estructuras musculares
que la conforman, producto del cual (relajación) se obtiene una adecuada función
de micción, defecación, relaciones sexuales placenteras, y una adecuada
actividad (contracción),
esfinteriana (uretral - anal).
La disfunción del diafragma pelviano, es una patología
frecuente, ya que se dice que una de cada cinco mujeres presentara, algún tipo
de disfunción a lo largo de su vida, es por ello la importancia de divulgar
información sobre la misma.
El dolor es por definición una sensación subjetiva. Se observan enormes
diferencias individuales en la capacidad de tolerar el dolor. En algunas
culturas se acepta estoicamente mientras que en otras es lícita su expresión
abierta (67).
Ante la aparición del dolor pelviano, el ginecólogo
buscara en principio alguna situación patológica anormal aguda, que generalmente
tiene un inicio claro (Infeccioso (apendicitis, cistitis), rotura o torsión de
quistes anexiales, embarazo ectopico, traumático, etc.), son en general procesos
que podemos solucionar con relativa prontitud, con resultados satisfactorios
tanto para el paciente como para el especialista responsable, si bien hay
cuadros cuyo difícil manejo puede generar ansiedad y frustración en
profesionales y enfermos.
Pero ante la presencia del dolor pelviano crónico (DPC.), muchos no tienen una
visión clara, del problema en su origen y/o
etiología, ya sea por falta de entrenamiento o no estar habituado a patologías
del diafragma pelviano y/o neuropatías, que también podrían ser el origen del problema
primario, motivo de consulta.
Es por ello que las pacientes que presentan dolor pelviano crónico,
deberán ser estudiadas y/o evaluadas con una metodología diagnostica, que tome
muy en cuenta la estructura muscular del diafragma pelviano, al igual que el
contenido visceral pelviano, para lo cual es necesario sino imprescindible su
enfoque multidisciplinario abordando, no sólo aspectos fisiológicos o
clínicos, sino también psico-sociales y vivénciales.
Definición.- El dolor pelviano crónico, es constante
en su evolución, dura de seis o mas meses, y afecta la calidad de vida y
económica de la paciente.
ETIOLOGÍA.
Irónicamente los procesos mas naturales de la mujer, el
embarazo, el parto, y el envejecimiento, son las causas que mas frecuentemente
se relacionan con la disfunción del diafragma pelviano, y la génesis
del dolor pelviano crónico, sobre todo el trauma asociado al
parto (distócico), en la cual se produce la compresión, tracción y/o
estiramiento del nervio pudendo, axial como también las lesiones asociadas a actos
quirúrgicos (Sección y/o atrapamientos de nervios (pudendo)), y traumatismos de
cráneo, columna y pelvis. Esta neuropatía producto de la lesión del nervio
pudendo, puede tardar días o meses en desarrollarse y presentar signo
sintomatología. Para mas detalle ver capitulo de etiología de la disfunción del
diafragma pelviano.
Causas
Etiológicas.
a)
Factores Predisponentes:
-
Genético (Malformaciones óseas, y neurológicas).
-
Envejecimiento y atrofia (Hipoestrogenismo-Vascularización
Disminuida).
-
Perdida de fibras de colágeno y tejido conectivo,
elástico y muscular.
-
Medicas: Diabetes, Colagenopatias, Esclerosis, Constipación, Tumores
Pelvianos, Enf. Pulmonar, Cistitis Insterticial , Neuropatía central y/o
periférica (Mielomeningocele, Espina bifida), Obecidad, Estado Nervioso
y/o Stress, etc.
-
Otros: Drogas con acción colinergica, Ocupacional, Grandes esfuerzos,
etc.
b)
Factores Desencadenantes:
-
Embarazo, y el Mecanismo del parto (Trauma obstétrico).
-
Lesión anatómica del diafragma pelviano.
-
Cirugías Pelvianas (Sección y/o atrapamiento de nervios,
Desestructuracion anatómica,
alteración del eje vaginal y uterino).
-
Cirugías Neurológicas (Central y/o Periférica).
- Traumatismos (Cráneo, Columna, Pelvis, etc.).
En la disfunción del diafragma del piso pelviano, la
función coordinada de la relajación y constracion esta alterada,
disfunción que afecta a los órganos vecinos, debido a su relación
directa con la uretra, vejiga, vagina, recto y ano. De lo expuesto vemos
que se presentaran patologías producto de la excesiva relajación o
hipo actividad del diafragma (Prolapso, IOE., IOR., Flujometria pobre,
Estimulo sexual pobre, Anorgasmia, Alteración evacuatoria (micción -
defecación)), etc.), como asi también otras producto de la contractura, disinergia y/o hiperactividad descordinada de los músculos que conforman
el diafragma pelviano (Dispareunia, dolor durante y después del coito,
dolor vulvo vaginal, etc.).
METODOLOGÍA DIAGNOSTICA.
Dada la etiología multifactorial del dolor pelviano crónico,
su diagnostico deberá tener un enfoque multidisciplinario, al igual que su
tratamiento, a continuación se hará una descripción resumida, de la metodología
diagnostica, los interesados en mayor detalle ver el capitulo de diagnostico.
La disfunción del diafragma pelviano, y el dolor pelviano
crónico, por sus características su evaluación no deberá concluir, con la
habitualmente realizada para el dolor pelviano agudo, la misma deberá ser
ampliada al estudio de la disfunción del diafragma pelviano, patología no
contemplada habitualmente, a pesar de conocer por anatomía su relación intima,
directa, y/o envolvente de estructuras muy conocidas como la uretra, vagina,
intestino, etc., situación que la relaciona directamente con la génesis, de la
signo sintomatología atribuida a estos órganos.
Un dolor que persiste más de seis meses ha de ser
evaluado tanto desde el punto de vista somático como
psicosocial.
Anamnesis.
La evaluación de un paciente con dolor crónico
posee características especiales. Son pacientes que
suelen haber pasado por otros médicos y han probado
varios tratamientos antes, lo cual hace que se enfrenten
a nosotros con cierta desconfianza.
Es fundamental realizar una historia clínica completa orientada al problema
motivo de consulta, desde el inicio de su problema hasta la actualidad.
1.-
Síntomas:
Sensación de peso,
dolor dorso lumbar y/o sacro, dolor inguinal bilateral,
dolor en silla de montar,
dolor
vulvo vaginal,
alteración
sexual (Dispareunia, dolor durante y después del orgasmo, síndrome
de excitación sexual,
apareunia,
etc.), síntomas urinarios,
urgencia, frecuencia,
incontinencia de
orina (IOS., IOU., IOM, etc.),
incontinencia de gases, incontinencia de materia fecal, dificultad evacuatoria (urinaria,
anal),
dolor rectal,
espasmo
rectal,
etc.,
etc.
2.-
Sígno:
Ulcera de
decúbito, protrucion por hiato urogenital (vagina, órganos intra pélvicos),
incompetencia esfinteriana (uretra, ano), retención de orina,
constipación,
diarrea, lesión anatómica (desgarro perineal, prolapso mucosa
rectal), genitorragia, proctorragia, etc.,
etc.
Los antecedentes clínicos
personales y familiares son muy importantes y deberán ser
evaluados,
axial como también la localización e irradiación del dolor. también se
hará un registro detallado de los tratamientos recibidos y su
respuesta.
B)
Examen Físico..
1.-
La evaluación físico clínica incluirá la inspección del
abdomen, región inguinal, la función del
diafragma pelviano en la mujer, deberá ser completa, y realizarse en
reposo y esfuerzo, buscando lesiones y zonas sensibles, con la paciente en decúbito y de pie, utilizando
valvas a objeto de identificar la lesión anatómica, y/o grado de
descenso, del órgano intra pélvico que protruye por el hiato
urogenital, como así también la identificación de ulceras de decúbito,
lesión cervical o vaginal, que aparece cuando el órgano que
protruye, transpone el hiato urogenital, y se expone a la deshidratación
y erosión producto del roce con la ropa, se manifiesta con dolor y
sangrado vaginal, la cual debe diagnosticarse adecuadamente, ya que
puede provenir de endometrio o cuello uterino.
Exámenes Complementarios.
Se realizará un estudios de laboratorio completo con especial atención a la leucocitosis y la
velocidad de eritrosedimentación. Se deben realizar cultivos
de orina y exudados vaginales para descartar enfermedades
infecciosas.
Diagnostico por Imágenes.
La ecografía pélvica y en especial con sonda vaginal
o rectal con transductor de 360º, tiene un gran interés en la evaluación del
aparato genital y órganos internos y algunos autores
la consideran de gran sensibilidad en el hallazgo de
lesiones orgánicas a este nivel.
Manometria Ano rectal, registro de presiones endoluminales anorrectales
en reposo y contracción, que
evalúan el estado funcional, de los esfínteres anales (interno –
externo), y músculo pubococcigeo, para determinar el grado de lesión
y capacidad contráctil que tienen estos esfínteres, además de (
Prolapso rectal interno y externo (rectocele), descenso piso pelviano,
debilidad y contracción paradojal del haz pubo rectal, etc.
Evaluación Neurofisiológica del Diafragma Pelviano,
la incorporación de estudios neurofisiológicos en la evaluación
del diafragma pelviano, nos ha permitido reconocer, lesiones a nivel
del sistema nervioso central y periférico. Estos conocimientos nuevos
sobre daño nervioso, nos conducen a un enfoque actual sobre el
mecanismo fisiopatologico de la disfunción del diafragma pelviano.
Estos estudios requieren de un equipo medico especializado (neurofisiólogo
– ginecólogo) para su realización e interpretación.
No olvidar que para poder objetivar clínicamente la lesión
nerviosa, deberá existir el compromiso de mas del 50 % de las fibras
nerviosas.
Evaluación psico-social.
Como ya hemos apuntado anteriormente se realizará
en presencia o no de patología orgánica, escuchar
con habilidad y demostrar cierta emoción es útil
para que se expresen ciertos afectos. El envío del paciente
a un grupo de apoyo con psicólogos o psicoterapeutas
puede ser de utilidad para el tratamiento correcto
de estos cuadros.
Laparoscopia.
Hoy en día está considerada como un paso fundamental
en la evaluación de los pacientes con dolor pélvico
crónico, la laparoscopia estándar tiene utilidad diagnóstica
y eventualmente terapéutica dependiendo de los hallazgos.
En este sentido algunos grupos apuntan ya la
utilidad de la micro laparoscopia (menos de 2 mm) en
el diagnóstico del DPC. Esta técnica realizada con
anestesia local y eventual sedación está demostrando
los mismos resultados que la laparoscopia clásica con
una reducción de costes en torno a un 80% (68, 69).
En el 30% de las pacientes con DPC no se encuentran
hallazgos patológicos en la laparoscopia
(70, 71). En algunas mujeres este hecho es de suma
importancia ya que la mera exclusión de patología es
suficiente para que el dolor mejore.
Entre los hallazgos más frecuentes que permite dicha
técnica cuando el resto de estudios han sido normales,
están las adherencias y las lesiones mínimas
de endometriosis.
En este sentido numerosos trabajos analizan su relación
con el dolor pélvico crónico. Así, Thornton y
cols. (72) en un estudio prospectivo, doble ciego, en
pacientes en las que se realizó laparoscopia por dolor
pélvico crónico, por esterilidad o para esterilización tubárica, no encontraron diferencias significativas
entre los grupos (asintomáticas o con dolor pélvico)
en la presencia de adherencias pélvicas o endometriosis
mínima o moderada.
En cuanto a la endometriosis mínima visible y no
visible Balash y cols. (73) encuentran tasas de un 40-
50% en ambos grupos con DPC y asintomáticas (esterilización
e infertilidad) en un estudio prospectivo
en el que realizaron comprobación histológica de las
mismas por laparoscopia.
La evaluación por tanto no está exenta de controversia
lo que añade dificultad al manejo de este grupo
especial de pacientes.
PATOLOGÍAS QUE CURSAN CON DOLOR
PELVIANO.
Muchas son las patologías que cursan con dolor pelviano, en
la tabla , mostramos las mas frecuentes y su distribución por
especialidad.
TABLA I . DOLOR PELVIANO. |
Ginecológico cíclico:
- Dismenorrea.
- Endometriosis. - Síndrome premenstrual.
- Síndrome intermenstrual.
Dolor ginecológico no cíclico.
- Enfermedad pélvica
inflamatoria. - Retroflexión uterina.
- Síndromes congestivos. - Síndrome de restos ováricos.
- Dispareunia. - Adherencias pélvicas.
- Sindrome del Elevador Ano.
- Vulvodinia.
- Neuralgia del pudendo.
- Vaginismo.
- Dolor tras la
esterilización quirúrgica.
Gastrointestinales.
- Colon irritable.
- Enfermedad inflamatoria intestinal.
- Diverticulosis.
- Dolor neoplásico.
- Proctalgia fugas.
- Dolor no neoplásico del esfínter anal.
- Apendicitis.
Urológicas.
- Síndrome uretral crónico.
- Cistitis intersticial.
- Vejiga irritable.
Músculo esqueléticas.
- Fibromialgia.
- Miositis.
Traumatismos.
Depresión.
Somatización.
Hipocondriasis.
Dependencia de drogas.
Abuso sexual.
Alteraciones Psiquiátricas y abuso sexual. |
Como en todo síndrome doloroso crónico, deben tenerse siempre
presente las alteraciones psicológicas que puedan ser causa de dolor o del
empeoramiento de un dolor de origen orgánico, a continuación describiremos en
forma resumida, aquellas patologías que cursan con dolor crónico.
Endometriosis.
Se define como tejido endometrial fuera de la cavidad
uterina. Se pueden distinguir dos formas fundamentalmente:
Adenomiosis o endometriosis uterina en la que las glándulas y el estroma
endometrial se extienden difusamente a través del miometrio.
Endometriosis externa, generalmente denominada endometriosis,
en la que el endometrio se localiza fuera de la cavidad corporal uterina
habitualmente en otros órganos pélvicos o abdominales aunque puede aparecer casi
en cualquier lugar del organismo.
Es una enfermedad que se comporta como un tejido maligno en cuanto a su
diseminación e infiltración pero su malignización es muy rara. En la actualidad
está cambiando el concepto de esta enfermedad y ya muchos autores consideran las
formas leves como una entidad para fisiológica (73). En cuanto a su relación con
el dolor pélvico crónico también es controvertida. Mientras que la endometriosis
severa sí está relacionada con el dolor pélvico crónico las formas moderadas y
leves no están relacionas significativamente (Thornton y cols. 1997) (72), (Balash
y cols., 1996) (73).
El tratamiento médico de la endometriosis ha ido variando. El
danazol (800 mg.día - 1), es un fármaco eficaz en el tratamiento sintomático
aunque por sus efectos secundarios es mal tolerado. Últimamente han sido más
utilizados los análogos de la GnRH con resultados igualmente eficaces en el
tratamiento de la dismenorrea, dolor pélvico y dolor a la palpación. Entre los
efectos secundarios derivados los sofocos y la pérdida reversible de minerales
óseos se puede paliar con progestágenos simultáneos.
En el tratamiento quirúrgico de la endometriosis sintomática,
que no responde a tratamiento médico, la laparoscopia se demuestra como una
técnica útil cuando ésta va unida a esterilidad. Cuando el dolor es el síntoma
principal la cirugía laparoscópica también puede utilizarse, pero el tratamiento
médico es de elección para evitar cirugía recurrente. Muchos autores comunican
tasas elevadas (80%) de desaparición del dolor inmediatamente después de la
laparoscopia aunque su eficacia disminuye a largo plazo. Así Howard y cols.
comunican que el tratamiento de la endometriosis por laparoscopia en caso de
dolor pélvico crónico proporciona no más de un 50% de desaparición definitiva
del dolor y por ello no recomiendan este tratamiento en estos casos (74). Sin
embargo, Sutton y cols. demuestran mediante un estudio doble ciego prospectivo y
randomizado que el tratamiento laparoscópico de la endometriosis incluida la
sección del nervio uterino mediante láser (LUNA) es un procedimiento efectivo
(75). Pouly JL, y cols. opinan que si en el transcurso de una laparoscopia, en
una paciente aquejada de dolor pélvico crónico, se encuentra endometriosis debe
ser tratada incluyendo LUNA si padece además dismenorrea severa. A continuación,
si la extirpación de las lesiones no es completa debe ser iniciado tratamiento
con análogos de la GnRH post operatoriamente (76). Cuando el dolor reaparece tras
el tratamiento quirúrgico la estrategia dependerá de los deseos reproductivos de
la paciente. Para mujeres mayores con hijos se intentará tratamiento médico
antes de instaurar cirugía radical. Cuando se trate de pacientes jóvenes que no
deseen hijos en un futuro inmediato el tratamiento médico será previo a una
nueva laparoscopia que deberá ser tan completa como sea posible incluyendo LUNA.
Cuando el dolor vaya unido a infertilidad el tratamiento de ésta última marcará
la estrategia a seguir (76).
Síndromes congestivos.
Consiste en la formación de venas varicosas en la pelvis. Una
etiología no comprobada pero ampliamente difundida es la anorgasmia en la mujer.
El dolor se localiza en ambas fosas ilíacas y se irradia a zonas lumbares, se
agrava con la marcha, los esfuerzos y las relaciones sexuales.
El tratamiento empírico sería los flebotónicos o incluso las
embolizaciones en casos resistentes la cirugía radical. Es importante señalar el
escepticismo actual de su verdadero papel en la etiología del dolor crónico. En
este sentido Thornton y cols., en un estudio doble ciego, prospectivo y
randomizado, no encuentran relación entre pacientes con dolor pélvico crónico y
venas varicosas en la pelvis mayores de 9 mm de diámetro (72).
Síndrome de restos ováricos.
Las mujeres que se quejan de dolor pélvico tras una
histerectomía pueden tener un origen ovárico del mismo. Cuando existen
adherencias en la fosita ovárica se produce un dolor crónico bajo que se puede
irradiar a cara anterior del muslo o posterior, acompañándose de dispareunia o
disfunción urinaria. Puede ocurrir en torno a 1-3 % de mujeres sometidas a
histerectomía conservando uno o ambos anejos. En estos casos la extirpación de
dichos restos mejora el cuadro en la mayoría de los casos.
Dolor tras esterilización quirúrgica.
Entre un 25-35 % de las mujeres esterilizadas quirúrgicamente
van a presentar posteriormente algias pelvianas debidas a: el elevado número de
algorreceptores en las capas tubáricas, la isquemia vascular provocada por la
ligadura, la esclerosis tubárica secundaria a la cirugía, el hidrosalpinx en el
resto tubárico y las frecuentes reacciones granulomatosas del muñón proximal. La
sintomatología puede ser inmediata en casos de electrocoagulación o, lo que
resulta más habitual, tardía (77).
Dispareunia.
El dolor que se produce durante el coito puede ser un
problema clínico difícil en su resolución o una alteración anatómica fácil de
solventar. En general el dolor en la penetración puede deberse a vulvovaginitis,
defectos de lubricación, distrofias vulvares, divertículos uretrales o incluso
existencia de anillos rígidos completos o incompletos en la entrada de la vagina
que obligan a su escisión quirúrgica. La dispareunia profunda puede sugerir
algún origen pélvico como endometriosis, adherencias pélvicas, retroflexión
uterina sintomática o prolapso de anexos en el Douglas. Por último, no hay que
olvidar las implicaciones psicosociales de la dispareunia que pueden complicar
el diagnóstico para el clínico.
Colon irritable.
Disfunción intestinal sin anormalidad estructural o
bioquímica detectable que altera los patrones de defecación (diarrea,
estreñimiento). Suponen un 50 % de las consultas en gastroenterología (78). Se
ha demostrado una asociación entre trastornos de la personalidad y este síndrome
(79) .
La causa podría ser un umbral menor de dolor frente a la distensión intestinal
por receptores hipersensibles en la pared del intestino delgado o el colon. La
clínica consiste en dolor cólico o espasmódico que aumenta tras la ingesta,
especialmente de ciertos alimentos, y cede con la deposición. La distensión
abdominal y el tenesmo completan el cuadro clínico.
Colitis ulcerosa
Es otra afección inflamatoria intestinal que afecta típicamente
a colon izquierdo y recto. El cuadro clínico
suele caracterizarse por dolor cólico leve a moderado
que se alivia con la defecación, diarrea y rectorragias.
Estos datos junto con la sigmoidoscopia, y a veces,
la biopsia, permiten el diagnóstico de certeza de
este cuadro clínico.
Síndrome del periné descendido.
Se sabe que la
contracción de la musculatura de la pared abdominal
es el más potente inhibidor del tono muscular de la
pelvis de modo que si se produce un estreñimiento
prolongado en el tiempo, puede alterarse la efectividad
del reflejo post-defecación para contraer la musculatura
pélvica y producirse un prolapso de la pared
anterior del recto muy doloroso. El tratamiento inicial
es evitar el estreñimiento con laxantes y si existe
incontinencia o prolapso reparar quirúrgicamente el
suelo pélvico y el esfínter.
Proctalgia fugas.
Puede definirse como dolor
intenso de origen rectal que recurre en intervalos regulares
y que no se relaciona con alteraciones orgánicas
evidentes. A menudo se inicia durante la noche
y su duración es habitualmente menor de treinta minutos.
Su etiología es desconocida y se ha sugerido
que puede ser debida a hipertonía de los músculos
elevadores del ano.
No existen hallazgos físicos característicos.
Algunos autores asocian este síndrome con la mialgia
del suelo pelviano o con la coccigodinia; por lo
que se supone que la fatiga o el espasmo muscular
tiene un factor patogénico importante en este cuadro. Para otros autores la
causa reside mayoritariamente en sobrecarga emocional, tratándose de una
alteración funcional que consiste en la incapacidad de relajar apropiadamente la
musculatura.
Dolor ano - rectal postoperatorio.
Para la mayor
parte de los pacientes el dolor tras procedimientos anorectales
es moderado y requieren analgesia sólo las primeras
24 - 48 h. La aparición no infrecuente de dolor
postoperatorio no controlable con una buena pauta
analgésica indica la posible presencia de una complicación
local, como un hematoma perianal o la aparición
de un espasmo del esfínter (80). Por eso algunos
autores aconsejan la infiltración perioperatoria del esfínter
con anestésicos locales (lidocaína, mepivacaína)
o analgésicos de nueva generación como el ketorolaco.
Síndrome uretral crónico.
Se caracteriza por un cuadro sintomático en vías
urinarias inferiores en el que no se identifica claramente
un agente causal. No se debe a infecciones
bacterianas, aunque en ocasiones ambos cuadros
pueden coexistir. También debe diferenciarse del dolor
producido por la infiltración tumoral debida a
progresión del carcinoma in situ o del carcinoma
urotelial infiltrante. Los síntomas comienzan con urgencia
miccional, frecuencia y disuria. Además, se acompaña a menudo de incontinencia de esfuerzo
(IOS.),
como por incontinencia de orina de urgencia (IOU.), de irritación
vulvar, y de dolor suprapúbico (81).
Cistitis intersticial.
Cuadro de origen urológico en ocasiones implicado
en la patogenia del dolor crónico es la cistitis intersticial, cuya frecuencia
en relación al hombre es de 10 a 1, principalmente en mujeres entre 40 y 50 años.
Se trata de un trastorno inflamatorio de la pared
vesical. Para su diagnóstico existe el consenso de
que debe darse la triada siguiente: síntomas irritativos
(frecuencia, disuria, nocturia, y dolor suprapúbico), petequias y hemorragias submucosas en la cistoscopia. La reducción de la capacidad
funcional de la vejiga es una constante del proceso;
aunque el hallazgo de fibrosis y contractura vesical
no se presenta en todos los casos (82).
A pesar de importantes esfuerzos para conocer
mejor esta entidad, la cistitis intersticial sigue siendo
hoy uno de los capítulos más oscuros y desconocidos
de la urología. Su diagnóstico generalmente se plantea
por exclusión, y otras veces “ex - juvantivus” , es
decir, con la mejoría clínica que suponen maniobras
terapéuticas como la sobredistensión.
Criterios de Exclusión.
- Infección bacteriana recurrente.
- Uretritis.
- Endometriosis.
- Vulvodinia.
- Colicos Ureterales y/o vesicales.
- Herpez Genital.
- Ca. ginecologico.
- Radioterapia.
La causa sigue
siendo desconocida; no obstante, existe evidencia
convincente para pensar en un origen neurogénico, al
menos parcialmente. También parece existir un defecto
en la capa de glicosaminoglicanos de la pared
vesical, lo que le haría susceptible a una mayor exposición
a sustancias nocivas de la orina, con aumento
de la proteína de Tamm-Horsfall de origen urotelial.
Cistalgia de orina clara o vejiga irritable.
No se trata de una entidad en sí misma, sino de un
conjunto de procesos poco conocidos que condicionan
molestias vesicales, fundamentalmente frecuencia
sin obstrucción ni infección, descartándose
previamente todo proceso neoplásico, cistítis infeccioso,
síndrome uretral, cistitis específica (folicular,
alérgica, eosinofílica, intersticial), tuberculosis o parasitosis
que afecte el tramo urinario bajo. Se caracteriza
por la ausencia de otra patología orgánica en
vejiga, así como por la falta de datos bacteriológicos
de infección, piuria, o alteraciones citológicas en la
orina. Las molestias son análogas a los síntomas de
las cistitis, pero sin hallazgo patológico alguno. Los
urólogos de origen anglosajón prefieren el término
vejiga irritable, mientras que los urólogos franceses
utilizan la palabra cistalgias. Existe gran parecido
entre el término cistalgia y el de síndrome uretral femenino; aunque el primero se caracteriza por la ausencia
absoluta de proceso etiopatogénico identificable,
incluidas las reacciones epiteliales metaplásicas.
Es importante evaluar la capacidad de estas vejigas,
para descartar la presencia de una fibrosis submucosa
difusa. El estudio urodinámico, la cistografía,
y la cistoscopia no detectan procesos
patológicos. Se han utilizado anticolinérgicos y benzodiacepinas,
así como ansiolíticos e incluso soporte
psiquiátrico. El empleo de hormona antidiurética inhalada
puede mejorar la sintomatología nocturna al
evitar la sobrecarga de la vejiga por disminución de
la diuresis durante el sueño. La reeducación vesical
puede ser un elemento terapéutico clave en estas pacientes
de difícil manejo. Antiguamente se propugnaron
tratamientos quirúrgicos como la sección transversal
completa de la pared vesical por vía abierta o endoscópica, hoy en día abandonados por completo.
Resulta curioso que en ocasiones estas pacientes mejoran
simplemente con una cistoscopia y con buenas
palabras. El saber escuchar sus quejas y temores, y el
ser convincentes en afirmar la ausencia de patologías
graves que las pacientes temen, confirman el importante
componente funcional de este proceso (83).
Firbromialgia.
Presenta puntos
"gatillo, que al ser presionados causan espasmo reflejo, no solo en la
región
del punto sino también en los músculos vecinos.
El dolor suele ser difuso y tiene un carácter sordo
localizado en la parte baja del vientre. Este dolor disminuye
habitualmente en reposo y cambia de intensidad
y localización con las variaciones de postura y
actividades específicas.
El medio más útil para valorar el dolor en la pared
abdominal es la prueba de Carnett (1926), en la cual la tensión
de los músculos rectos, por elevación de ambos
miembros inferiores en extensión o por levantamiento
de la cabeza y los hombros produce un importante
alivio del dolor visceral o aumenta el dolor cuando hay un compromiso de los
nervios intercostales, y/o al comprimir los puntos hiperalgésicos
contra el músculo recto a tensión (77).
Síndrome del Elevador del Ano.
Entidad poco conocida, en la que el dolor esta relacionada a
contractura y/o espasmo de los músculos del diafragma pelviano. Existe un dolor
crónico en la zona alta del recto, de al menos 12 semanas de evolución, no
necesariamente consecutivas, en los últimos 12 meses, que el paciente describe
como sensación de peso o ardor y que a menudo empeora con los movimientos
defecatorios.
Su tratamiento esta orientado a la relajación del diafragma
pelviano, mediante baños de asiento, relajantes musculares, corriente electro
galvanica, entrenamiento mediante feedback.
Síndrome simpático Pelviano.
La enfermedad visceral puede provocar dolor referido a zonas
cutáneas. Su tratamiento es paliativo en base a bloqueos anestésicos repetidos
en puntos de innervación sensorial (N. hipogástrico inferior, N. pudendo, Plexo
hipogástrico superior), el alivio puede ser inmediato, puede no perdurar o no
ser efectivo y en este ultimo caso, la crioterapia, termólisis, o la reseccion
del ganglio hipogástrico superior, se nos ofrece como ultima alternativa.
Alteraciones psiquiátricas y abuso sexual.
La evaluación completa del dolor pélvico crónico incluye un estudio minucioso del estado emocional y
psicosocial de la paciente incluso si se detectan signos
físicos netos.
Así podemos encontrar que las pacientes padecen
depresión (84), somatizaciones, hipocondriasis, o incluso
dependencia de drogas (67).
El abuso físico y sexual ha sido ampliamente relacionado
con el padecimiento de dolor pélvico crónico.
Uno de los últimos trabajos de Walker y cols. (85) en
este sentido encuentra tasas significativamente mayores
de historia de abuso sexual en la infancia y en la vida
adulta en el grupo de mujeres con dolor crónico que
iba a someterse a laparoscopia en comparación con las
pacientes asintomáticas en las que la laparoscopia era
para esterilización o diagnóstico de esterilidad.
TRATAMIENTO DEL DOLOR PELVIANO
CRÓNICO.
A) Intervención
Conductual: La misma deberá ser efectuada por personal idóneo,
entrenado para efectuar, la modificación de hábitos, alimentarios
(suplementos con fibras - corrección del estreñimiento), de descanso
(reducción de situaciones de stress), estabilización y alineación de
la columna vertebral, orientados a aumentar el
ingreso de señales de inhibición o relajación hacia los músculos del
diafragma pelviano, y la vejiga, a través de los
nervios sacros (pudendo), se obtienen buenos resultados sobre todo en
pacientes sin lesión neurológica, ya que de lo que se trata es de
utilizar la modulación de la corteza cerebral e incluyen: a) la
capacidad de inducir o inhibir la contracción del elevador del ano; b) la
capacidad de inducir o inhibir la contracción voluntaria refleja de la
musculatura estriada, y c) la capacidad de inducir la contracción o
relajación de los músculos abdominales. El aprendizaje del control de
tales funciones sigue los principios del aprendizaje operativo. Dentro
de este tipo de tratamiento se emplean tres tipos de protocolos
terapéuticos:
1) Ejercicios de contracción de músculos del diafragma
pelviano, Kegel 1948 (25), fue el primero en describir el
empleo de ejercicio de los músculos del diafragma pelviano, para el
tratamiento de la disfunción del diafragma pelviano y/o mecanismo
esfinteriano. La base en que se funda es que las contracciones
y relajación voluntarias repetitivas de la musculatura pelviana, mejora la
contractilidad voluntaria refleja.
2) Masaje del músculo
elevador del ano (pubococcigeo), mediante maniobra digital por ano o
vagina, realizando maniobras amplias buscando los puntos gatillo, su
descubrimiento es manifestado por el paciente como un tirón debajo el
músculo, la presión en estos puntos ayuda a relajar el músculo
contracturado, si el paciente refiere mucha molestia, intentar con
técnica de masaje externo, estas técnicas requieren mucha paciencia y
tiempo, tres secciones por semanas, la paciente puede sentirse peor
inicialmente, por lo general la mejoría ocurre al cabo de 6 a 8 semanas.
Estas maniobras se pueden combinar con baños de asiento dos a tres veces
por dia.
3) Adiestramiento en la
rehabilitación vesical, representa una intervención en la que se
pide a la mujer que orine solamente en base un plan determinado, con la
ayuda de un reloj, generalmente se pide que orine cada 2 horas en el día,
evitando vaciar la vejiga en los lapsos intermedios de las 2 horas
programadas, este intervalo de 2 horas entre micción y micción se
ampliara, de acuerdo a la evolución, del tratamiento, generalmente se
amplia 30¨ cada semana, hasta conseguir intervalos de 3 a 4 hrs., que
son satisfactorios para la paciente.
4)
Biorretroalimentacion, es
importante tener conocimiento de la importancia del método, ya que sin
la misma el tratamiento conductual y los ejercicios de contracción y
relajación de
los músculos del diafragma pelviano, tienen un pobre resultado y poco
duradero, la Biorretroalimentacion, es un método de aprendizaje, en la
que la actividad fisiológica del diafragma y aprender a controlar y
sobre todo a relajar, es monitorizada por una señal eléctrica,
auditiva, presión u actividad que produce estimulo visual, auditivo o
conductual. En el caso del tratamiento conductual la
Biorretroalimentacion será realizada, con el cuestionario uroginecologico, y en el caso de los ejercicios del diafragma pelviano,
se hará uso de un perineometro, electrodos de superficie en perine o sencillamente colocando una mano en el
abdomen y otra en los glúteos para evitar la movilización de los mismos,
etc. El tratamiento se realiza de 6 a 8 semanas.
B)
Fisioterapia:
Tratamiento dirigido a fortalecer el diafragma pelviano, en la que se
emplean agentes físicos (luz, calor, agua, aire, ejercicios mecánicos,
etc.).
C)
Electroestimulación:
Desde que Wall y Melzack desarrollaron la teoría
de la puerta de entrada (86), se potencian los procedimientos
de contra estimulación inhibitoria del dolor. El TENS consiste en un generador de impulsos eléctricos que se trasmiten a la zona dolorosa mediante
unos electrodos adheridos a la piel e impregnados
de una sustancia conductora.
La corriente produce alivio del dolor por un doble
efecto, por un lado ejercerían una saturación de las
neuronas dorsales medulares por impulsos eléctricos
continuos bloqueando la propagación de los impulsos
dolorosos por ellos y generando una sensación de
parestesia (hormigueo), y por otro lado, estimularían
la liberación de endorfinas por las neuronas preganglionares
cuando se aplica usando frecuencias bajas
y alta intensidad, fenómeno explicado por Sjölund y
Eriksson (87) que puede ser contrarrestado con naloxona (88).
Esta indicado en todo tipo de procesos dolorosos
especialmente aquellos de origen neuropático. También
como hemos visto es útil en algunos cuadros de
cictitis intersticial. En todo caso, sus escasos efectos
secundarios lo convierten en elemento coadyuvante
inestimable en los procesos de dolor crónico pélvico.
Bloqueos nerviosos/bloqueos en los puntos Trigger
Se puede infiltrar un anestésico local (procaína
al 1% o bupivacaína 0,25%) en el nervio obteniendo
mejoría del dolor en el territorio inervado por
éste .
Los puntos mialgésicos o puntos gatillo son
áreas hiperirritables que son dolorosas cuando se
comprimen pudiendo generar dolor referido y aumento
de la sensibilidad. La inyección de un anestésico
local en dichos puntos bloquea el dolor lo
que puede ser útil como prueba diagnóstica y posible
terapia (88).
En este tipo de tratamiento se utilizan electrodos de superficie, vaginales,
anales, durante periodos o secciones de 15’ – 30´ tres veces por semana (4
semanas), para la desencibilizacion de los nervios del área, y favorecer la
relajación del músculo contracturado, axial como también la estimulación del músculo elevador
del ano (Pubococcigeo), como así también, la utilización de electrodos de
superficie y/o aguja que faciliten la estimulación directa del nervio pudendo
y/o nervio tibial, para el tratamiento de la disfunción del diafragma pelviano,
y sobre todo del síndrome del dolor pelviano crónico. Fig., 48 y 49.
Fig.48
Fig.49
D) Yoga, al igual que
el Taichi, son recomendadas por las técnicas de elongación y
relajación que utilizan en la ginnacia.
E) Acupuntura: La mencionamos a objeto de incrementar el
arsenal terapéutico en afecciones contra las cuales la medicina clásica
esta desarmada, como por ejemplo el dolor pelviano crónico, la hiperactividad
vesical y/o hiperreflecia, La acupuntura aumenta los opiáceos endogenos,
modificando así la percepción central de sensaciones.
F) Farmacológico:
Para el tratamiento de la hiperactividad se
utilizan fármacos que estimulan diferentes tipos de receptores, a nivel
central y periférico, sobre todo aquellos que se encuentran distribuidos
en todo el aparato genito urinario inferior (vejiga, uretra, ganglios y
nervios periféricos), pero la promesa de tratamiento sigue sin
cumplirse, debido a los efectos adversos de los mismos, por problemas de
selectividad de los mismos. Actualmente los fármacos que se utilizan,
tienden a actuar sobre los sitios periféricos y/o receptores
muscarinicos, como por ejemplo los anticolinergicos, cuya acción es
relajar la musculatura y/o detrusor (Solifenacina succinato 5 Mg., cada
12 hrs., 10 Mg., cada 24 hrs., oxibutinina 2,5 Mg.., cada 8 horas,
tolterodina 2 Mg.., cada 12 horas, bromuro de propantelina 15 Mg.., cada
8 horas, etc.); bloqueantes ganglionares, como el emepronio 200 Mg..,
cada 12 hrs.; relajantes musculares, como el flavoxato 200 Mg.., cada 8
hrs., y el diazepan 5-10 Mg.., cada 8 hrs. También se han descrito
fármacos que aumentan la resistencia uretral, como los simpático
miméticos, efedrina 25 Mg.., cada 8 hrs., pseudo efedrina 5-10 Mg..,
cada 8 hrs., beta bloqueantes como el propanolol 10-20 Mg.., cada 24
hrs.; y el estrógeno (estriol 0,5 Mg.., cada 24 hrs., figura 50.
AINEs.- Su mecanismo de acción es común en todos
ellos y consiste en la inhibición de la síntesis de
prostaglandinas. El analgésico-antitérmico paracetamol
(AINE desde el punto de vista químico) posee
un mecanismo de acción desconocido aunque probablemente
se debe al efecto inhibidor sobre las ciclooxigenasas
a nivel central.
Opioides.- La morfina es el fármaco de referencia de
este grupo. Su acción espinal se ejerce en el asta posterior
tanto a nivel presináptico (sobre las terminaciones
de las fibras aferentes primarias A delta y C) como postsináptico
en las neuronas ascendentes. Su acción supraespinal
se sitúa principalmente a nivel del tronco cerebral
en núcleos tales como el núcleo del rafe magno.
En las vías y centros de dolor existen receptores
opioides de tres tipos mu, delta y kappa a los que se
une el fármaco opioide con mayor o menor afinidad
deprimiendo la transmisión del estímulo al reducir la
excitabilidad de la neurona y la cantidad de neurotransmisor
liberado.
Antidepresivos.- Son fármacos usados en el tratamiento
de los trastornos del estado de ánimo. Tienen
también efecto en la percepción del dolor. Se desconocen
los mecanismos por los cuales tienen acción antiálgica (quizá actuando sobre los niveles de serotonina
en las terminaciones nerviosas) pero se cree
que está separada de sus efectos antidepresivos, ya
que las dosis usadas para el tratamiento del dolor son
sustancialmente menores (89), así como
también se ha descrito la acción mixta actuando a nivel central y
periférico de la imipramina 10 Mg.., cada 24 hrs., razón por la que se usa en el
tratamiento de la IOM.
G) Tratamiento quirúrgico del dolor.
En muchos casos, el abordaje quirúrgico puede ser de
gran utilidad, no sólo desde el punto de vista terapéutico,
sino también diagnóstico como ya se ha señalado. El
empleo de procedimientos laparoscópicos disminuye
notablemente la agresión tanto por la menor incisión en
la pared abdominal, como por la menor incidencia de
adherencias postoperatorias siendo por esto especialmente
útil en las adhesiolisis (sobre todo si se emplea el
láser como técnica de sección ya que vaporiza los tejidos
siendo una técnica precisa y exangüe) (76).
Sin embargo, la liberación de adherencias no es el
único procedimiento que se puede realizar por laparoscopia,
la suspensión uterina (90), neurectomía presacra (plexo hipogástrico superior),
corresponde a la ablacion de vías aferentes de vísceras pélvicas con excepción
de ovarios y parte distal de trompas que vía infundibulo pélvico llegan a los
plexos renal y aortico,
ablación de ligamentos uterosacros (76, 91) e incluso histerectomía
(67, 92, 93), son otros ejemplos de patologías
en la que puede estar indicada la laparoscopia.
En la patología intestinal, el abordaje quirúrgico laparoscópico
diagnóstico y la resección intestinal por
esta vía se van abriendo camino, desplazando a las cirugías
abiertas, si bien éstas siguen teniendo indicación
en el tratamiento de la enfermedad inflamatoria
intestinal, diverticulosis, etc., en los casos de resecciones
muy amplias o cirugías complicadas.
Las cistoscopias y resecciones transuretrales, son,
por último, procedimientos invasivos que facilitan el
diagnóstico y tratamiento en algunos cuadros de dolor
de origen urológico.
Como ya hemos observado a lo largo de toda la
exposición las pacientes con dolor pélvico que superan
los seis meses de duración han de ser escrupulosamente
estudiadas tanto desde el punto de vista físico
como psico-social para personalizar el tratamiento
e identificar a aquellas que realmente se van a beneficiar
de una cirugía radical.
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